miércoles, 11 de enero de 2012

Quiero que sean ellas.


A veces cuando te enfadas con tus mejores amigas, hay gente que te aconseja que pases de ellas, que no merece la pena, que hay muchas personas en el mundo, pero es que yo quiero que sean ellas, porque sí merece la pena, ellas son especiales, puede que las demás personas parezcan parecidas, que incluso haya personas exactamente iguales que ellas, pero es que yo no las prefiero o les quiero más por cómo son, no les quiero más porque sean guapas, o porque sean graciosas, sino por algo distinto, algo que las diferencia, algo que hace que no prefiera a ningunas otras, y es el cariño que les tengo, el tiempo que llevo con ellas, todo lo que hemos vivido, buenos y malos momentos, son las discusiones y peleas superadas, los secretos guardados y a veces no tan bien guardados... las veces que me han ayudado, las risas que hemos pasado, los problemas que hemos afrontado juntas... todo eso, a eso me refiero, por eso son tan especiales, por eso no las cambiaría por nada, por eso no quiero perderlas ni olvidarlas , por eso no hago caso a esas personas, porque si de verdad son capaces de decirme eso, es porque no han vivido la verdadera amistad, nunca han sentido cariño de verdad por una amiga como para entender que son especiales, que tienen algo que las diferencia...
Porque como dijo El Principito al zorro:

-Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mi rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.

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